lunes, 9 de febrero de 2009


Definitivamente, ésta entrega se demoró un poco, un demasiado mejor dicho, la verdad es que tiene una buena razón para justificar su retraso y es que con la elaboración del editorial para la publicación de Enero-Febrero de Rumiantes y Más (mí primera oportunidad profesional como editor desde el año pasado), la escuela de inglés, el trabajo, los planes para iniciar una nueva carrera profesional y mi reciente inclusión para colaborar en Generación Azul (publicación del Tec de Monterrey Campus Hidalgo), los momentos de inspiración se esconden en los rincones más abandonados.

Aún así, y ya entrados en el mes de febrero esta entrega es dedicada exclusivamente al amor, les hago llegar el más afectuoso de los abrazos y por supuesto espero leer sus comentarios.


Pop… Pop… Pop.

Ayer mismo, Sergio mí profesor de inglés me preguntó a manera de ejercicio cual situación podría generarme mayor felicidad, el listado contenía opciones desde una promoción en el trabajo, no dejando de lado el casarte o tener un bebé, mudarte de la casa de tus padres, graduarte, incluso comprar un auto nuevo y enamorarte, sin dudarlo mí repuesta fue la última opción, es decir enamorarte ó propiamente dicho en el aula 1108 del Tec, fall in love.

Por supuesto que acto seguido Sergio pronunció la palabra Why?, y fue entonces que defendí a capa y espada mí afortunada y controversial respuesta.

Categóricamente -argumenté- ningún güey que se jacte de ser exitoso puede terminantemente saltarse el proceso de enamorarse a primera, a segunda o a última vista, enamorarse del amor ó bien actuar como un tonto enamorado. Al final del día que sentido tendría no tener con quién compartir los éxitos y fracasos, los momentos especiales, las metas y las experiencias cotidianas.

¿Quién podría sobrevivir sin su otra mitad, su complemento, su media naranja? ¿Cómo le encontraríamos el sentido a las canciones y a las constantes llamadas telefónicas? Creo que sin el amor no existiría la inspiración y por consecuencia directa los poemas, las obras de arte, los motivos y hasta los marichis ¡ajúa! ¿Dónde guardaríamos las flores, los besos ó las primeras citas? ¿Quién disfrutaría de las terrazas, las fogatas, los cafés ó la tenue luz de las velas?

Las frases cursis y melosas se esconderían en el closet temerosas del rechazo, las fotografías que celosamente atesoran recuerdos compartidos mostrarían su peor perfil y sin duda alguna las serenatas estarían recluidas en el fondo del callejón más oscuro.

El amor es el elemento que te llena el espíritu y reconforta el alma, el amor te provee de pretextos para hacer lo que nunca te arriesgaste a realizar. En el nombre del amor se cometen actos de rebeldía pero también de comprensión, el amor te obliga a aventurarte, a ir más allá. El amor se besa en los labios y se toma de las manos. El amor salpica de sudor corporal las veladas románticas. El amor es una fiesta que se prolonga hasta el amanecer. El amor pregunta pero por supuesto también responde. El amor es universal y cree tanto en sí mismo que ha tomado como estandarte al órgano vivo más repulsivo, el corazón. El amor es sencillamente el sentimiento más primitivo en el ser humano.

Pop…Pop…Pop, el amor imagina corazones explotando alrededor de nuestras cabezas como si se trataran de palomitas de maíz. El amor crea mariposas que revolotean inesperadamente en nuestros estómagos, en la mayoría de los casos nos hace hablar con diminutivos y con nombres de pastel, haciendo caso omiso a la mariconez que ello puede significar para el extinto pero aún vigente trío español Mecano. Para el amor las cancioncitas, las cartitas y los detallitos son la dieta ideal. Definitivamente enamorarse es un asunto de apendeje, pero honestamente que bien se siente sentirse apendejado.

Por supuesto que yo seguía súper inspirado detallando mí repuesta cuando Sergio me interrumpió y contradijo mi declaración, preguntándome: ¿y dónde quedan las decepciones y los malos ratos? Okay, -respondí- el amor es por sí sólo complicado, resulta en ocasiones confuso e impreciso, pero es porque es parte de los sentimientos más profundos e íntimos de un ser humano. Es, el conjunto de emociones y experiencias, la suma de buenos días y noches buenas, el complemento de cicatrices y bellos momentos y, por supuesto enfados y reconcialiciones.
¿También necesito citar un ejemplo? Ammm… Joel en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, el temor al sufrimiento y al dolor se vuelven poca cosa comparados con la experiencia de un amor verdadero que provoca que el aferrarse al último recuerdo de Clementine, signifique para Joel el motivo de su existencia y que los malos ratos juntos se desvanezcan en el espacio de las memorias pasadas.

En lo personal no quiero borrar ningún recuerdo, -continué- bueno ó malo, momentos especiales ó aquellos que desagarran el alma, detalles e instantes todos, incluidos lo que me han hecho desear que el tiempo vuelva.

Por el contrario, deseo acumular más experiencias, más historias que contar, más llamadas telefónicas a las 3 a.m., más buenos días al despertar del lado izquierdo de la cama y por supuesto más buenas noches al dormir después de leer el último capitulo de Darkness Night, más Everythings susurrados al oído, más canciones suspendidas en el aire y por supuesto el constante resplandor de una mente con muchos, muchísimos recuerdos.

Finalmente Sergio sin más nada que decir, optó por dedicarle ahora su atención completa a Fer, quien ensimismada se desvive por desprender de su envoltura a una paleta de caramelo con una sugerente forma que delinea un corazón…

Nos leemos luego.

viktorkamacho.