lunes, 6 de junio de 2011

Sigánme los buenos...





El próximo 3 de julio los ciudadanos de los estados de México, Coahuila, Hidalgo y Nayarit tendrán el derecho y obligación de acudir a las urnas para sufragar en la renovación de los poderes locales. Le toca a los mexiquenses elegir un nuevo gobernador, al estado de Coahuila gobernador así como la renovación de los 20 distritos locales; Hidalgo habrá de votar por 84 presidentes municipales y Nayarit además de gobernador, elegirá a quienes estén al frente de los 20 distritos locales e igual número de ayuntamientos.

Con la Reforma Electoral 2007-2008 que contempla entre otros apartados la disminución del financiamiento público destinado al gasto en campañas electorales, la reducción en tiempos de campañas electorales, además de la regulación de precampañas y, la prohibición para contratar propaganda en radio y televisión; los propios candidatos y sus partidos están mandados a hacer uso de las nuevas alternativas para dar a conocer sus propuestas.

Lo anterior, por supuesto basado en un extraordinario ejemplo: Barack Obama. El presidente de los Estados Unidos utilizó los medios electrónicos para acercarse a los jóvenes durante su campaña a la presidencia en 2006. Estrategia por demás exitosa que le permitió sumar votos a su candidatura y el calificativo como una de las personas más influyentes de las redes sociales como Facebook y Twitter emitido por la revista Time.

En nuestro país Enrique Peña Nieto, candidato priísta no oficial a la presidencia en 2012, se perfila ya como uno de los representantes de la política nacional con mayor éxito en las redes sociales. En Facebook suma la nada despreciable cantidad de 537,851 fans, mientras que en su cuenta de Twitter los y las seguidoras aumentan a diario. Quien, a voz del pueblo es el nuevo presidente de México cuenta también con un canal propio de televisión en el sitio de YouTube donde difunde sus principales eventos.

Ahora bien, en lo que corresponde a la popularidad de los aspirantes al gobierno del Estado de México, el candidato del P.A.N. Luis Felipe Bravo Mena cuenta con 9,423 seguidores en Twitter, a Alejandro Encinas de la alianza Unidos Podemos Más integrada por el P.R.D., el P.T. y Convergencia lo siguen 19,208 personas y a Eruviel Ávila candidato de la fórmula Unidos Por Ti integrada por el P.R.I., Nueva Alianza y el P.V.E.M. lo siguen 33,915. Luego entonces ¿La popularidad en las redes sociales define el rumbo de las elecciones? Las encuestas bien podrían respaldar ésta teoría, ya que las mismas posicionan a Eruviel Ávila muy por encima de sus adversarios.

Sin embargo también existe un denominador común: el Partido Revolucionario Institucional despunta como favorito en los próximos comicios. Ya que en el caso de Coahuila y Nayarit, los candidatos de éste partido Rubén Moreira y Roberto Sandoval respectivamente también encabezan los resultados emitidos por empresas encuestadoras. Es un hecho, la gente quiere sentirse cerca de sus candidatos, conocerlos, preguntarles y aún más importante ser escuchados. Las redes sociales le permiten a un pequeño pero significativo porcentaje de la ciudadanía hacerlo.

Por supuesto no pretendo ahondar en los desatinos de los partidos políticos, lo que sí es un acierto es el hecho de usar las redes sociales como una nueva herramienta en las campañas políticas, lo que sin duda alguna obligará a nuestras instituciones a pugnar por una mejor educación que incluya tecnología digital, mayores espacios públicos con acceso a internet y por supuesto, una verdadera apertura de mercado para lograr una sana competencia en materia de tecnología.

Y entonces llegará el día en el que nuestra palabra, así como las promesas de los políticos y los compromisos de nuestros gobernantes también tengan validez legal cuando se escriban en un tweet de ciento cuarenta caracteres.

Nos leemos luego.





@viktorkamacho

La inocencia secuestrada


Sí el día de hoy hiciéramos un análisis sobre la niñez en nuestro país sin duda alguna las diferencias serían abismales comparadas con la época en la que nosotros fuimos niños.

Y entonces el clásico sonsonete de nuestros padres nos quedaría como anillo al dedo aquél que dice “cuando yo tenía tú edad esto o aquello”. Sin embargo sin el ánimo de leerme anticuado, es un hecho que las niñas y los niños son, en la actualidad bombardeados por un fenómeno llamado globalización. El mismo proceso económico, tecnológico, social y cultural que crea una comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo entero, repercutiendo en la unificación de mercados, sociedades y culturas. Pero aún más importante transformando a la sociedad, las economías y las posturas políticas.

En la actualidad los niños se adelantan a su propia edad, víctimas de la tecnología, la apertura comercial y la violencia, experimentan un crecimiento acelerado. Renuncian a su inocencia para mostrarse experimentados portando armas y consumiendo enervantes. Dejan de lado los juegos inocentes por los teléfonos celulares. Olvidan la interacción entre iguales para estar conectados a una red social donde pretenden crear amistades, permaneciendo en un peligro constante.

Pero, ni con todos los adelantos tecnológicos, ni mucho menos con la influencia de íconos juveniles de la música actual los niños y niñas dejan de serlo. No olvidemos que un niño tiene derecho al juego, a la protección contra el descuido o el trato negligente y a la información adecuada (entre otros); entonces ¿Por qué insistir en lo contrario?

Como padres, profesores y ciudadanos estamos obligados a proveerlos de una educación adecuada que conviva saludablemente con su edad y manera de pensar. Es un criminal aquél que abusa de la inocencia de un niño, quien lo obliga a crecer y madurar mucho más rápido, quien lo descuida y quien violenta su estabilidad.

¿Acaso “El Ponchis” (el niño sicario) busco serlo? ¿Era el sueño de la adolescente mal informada ser madre a los catorce años? ¿El pequeño Nicolás pidió ser violado, ultrajado y golpeado? ¿Los niños de la calle soñaban con una vida así?

Es un hecho, todos somos responsables de mantener la inocencia de los niños, es preciso que actuemos pensando que somos ejemplo de ellos, que pugnemos por programas que les permitan ejercer con responsabilidad su sexualidad, que se castigue severamente a quienes abusen de los niños y niñas; pero aún más que se infrinja todo el peso de la ley (y de los hombres) a aquellos padres que expongan a un menor, que descuiden su educación, su seguridad, su alimentación y el derecho a crecer en una familia que les dé afecto y amor.

Al final del día los niños son el futuro de nuestro país, pero la responsabilidad de que lleguen a serlo es nuestro presente.

Nos leemos luego.




@viktorkamacho