martes, 22 de marzo de 2011

Coincidir


Un buen día dejé de creer por completo en las coincidencias. Llegó un momento en el que luego de un bombardeo intempestivo de casualidades que obligadamente me colocaron en una posición en la que motivado por las mismas circunstancias simplemente me dejé llevar y entregué mucho más que sólo buenas intenciones, cediendo también la confianza y el apego que surgen de la conveniencia de aferrarte a cualquier situación sólo porque las coincidencias provocan el creer ciegamente en el destino y sus curiosos planes perfectamente trazados en los que se incluyen a dos personas. Sin embargo al final todo mi ímpetu concluyó muy para mi pesar en una experiencia no grata.

Así que por ésta razón me olvidé de prestar mi desmedida atención a los detalles curiosos. Pero sin duda estos últimos días nuevamente me han hecho confiar que los detalles curiosos están ahí por razones que en ocasiones nos negamos a comprender. Pues bien, toda ésta historia inició en una fiesta de cumpleaños.

Aunque no te conocía, algo en mi interior me decía todo lo contrario, tal vez fue que tu hermana ya me había hablado mucho de ti ó quizá simplemente fue que empezábamos a formar parte de un elaborado plan del destino en un momento para coincidir en el mismo lugar. Sin razón alguna iniciamos un juego de complicidad, de risas y buenos momentos. Empezamos a llamarnos y a preocuparnos el uno por el otro, como aquella ocasión en la que me llamaste para reconfortarme después de un desafortunado incidente.

Una tarde cualquiera, motivado por una de mis múltiples manías comencé a buscar discos viejos en una tienda departamental, elegí uno. El track número dos reitera una y otra vez el creer, el necesitarte y el hacerte presente. “Dime que me crees, dime que me crees. Dime que sientes cuando me voy ó cuando no estoy, dime ven, ven”. Compartí ésta canción contigo y confesaste que es una de tus favoritas. El domingo acompañados de una de tus roomies entramos al “super” para comprar ingredientes y preparar pizzas en su depa. Inesperadamente el fondo musical era la misma canción: nuestro track número dos. ¿Cuál es la probabilidad de que un éxito de hace tres ó cuatro años esté presente en un lugar jamás pensado?

¡Qué coincidencia! Me dijiste mientras me mirabas con la alegría contenida en tu rostro. En ese momento te confesé que le temía a las coincidencias. Pero creo que el temor va más en el sentido de que no quiero que esto que recién inicia termine. Deseo ver más películas malas y con actrices peores que lejos de ser románticas terminan por ser demasiado cómicas. Quiero ir a fiestas y estar ahí sólo cuarenta minutos. Escuchar Big~Band y reírnos sin parar. Dormir contigo y despertar abrazados. Quiero simplemente coincidir contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario