jueves, 8 de diciembre de 2011

M y H





@viktorkamacho





M conoció a H un sábado por la noche. ¡No! Corrijo… H conoció a M un viernes por la tarde. Aunque M insista que se conocen desde siempre, de otra vida quizás.

Pues bien, en ésta historia tan peculiar H comenzó a seguir a M para reconocer sus pasos, para detallar sus conductas y para conocerlo más a fondo. Hecho esto, M envío una carta a H donde le escribía que debían verse, ir a cenar o tal vez beber una copa de vino.

Durante los días subsecuentes hablaron mucho, algunos pensarían que demasiado, casi una exageración. Se escribían cartas y se llamaban por teléfono todos los días. Y aunque M y H vivían en ciudades diferentes, las demás personas comenzaron a darse cuenta que M y H mantenían algo más que sólo una buena amistad.

Un buen día, H se armó de valor e invitó a M a cenar. Cenaron riquísimo. Aunque para ser honestos ninguno terminó su plato porque ambos estaban demasiado nerviosos con el encuentro. Al salir -después de la media noche- H llevó a M a su casa y a pesar que a los dos les motivaba besarse, decidieron inconscientemente esperar. Al día siguiente M deseaba con toda su alma ver una vez más a H, lo que M ignoraba es que H sentía exactamente lo mismo. Puesto que ambos deseaban muchísimo estar juntos, fijaron un nuevo encuentro. Y esta vez al igual que la primera, juntos vieron el amanecer, platicando de todo y de nada.

Esa noche durmieron juntos, abrazados. Su entendimiento era tal que no fue necesario desnudar sus cuerpos para sentirse cerca, ni siquiera hizo falta que sus bocas se unieran porque el latir sincronizado de sus corazones enmudecía el ambiente mismo.

La primera vez que M y H tuvieron sexo, fue una de las más sentidas experiencias para ambos. Lo fue en parte porque habían esperado lo suficiente para hacerlo. Se trató de un intercambio de caricias y sudor corporal. Al final sus manos entrelazadas y su respirar agitado fueron los testigos del profundo sentimiento que ya mismo almacenaban en su interior.

M y H han permanecido juntos muchos años. Ninguno de los dos habla acerca del futuro o cuánto tiempo piensan estar unidos. Y aunque ninguno lo confiese, ambos muy dentro de si desean que sea para toda la vida.

Mucho tiempo después en un universo paralelo, en el entorno de un mundo globalizado ésta historia se repite a través de las redes sociales. H sigue a M en twitter y M le envía mensajes directos. Se mantienen en contacto vía correos electrónicos y llamadas a sus móviles. Sin embargo, el sentimiento de mantenerse juntos es el mismo ahora y siempre…

Seguramente porque el amor viaja a velocidades inimaginables a través del tiempo, el espacio y la tecnología.




Nos leemos luego.

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